Introducción
Inercia: Propiedad
que tienen los cuerpos de permanecer en su estado de reposo o movimiento,
mientras no se aplique sobre ellos alguna fuerza, o la resistencia que opone la
materia al modificar su estado de reposo o movimiento
La Vida: "Todas
aquellas situaciones azarosas que se desarrollan en ese periodo complejo que
tiene lugar entre el nacimiento y la muerte que está lleno de situaciones azarosas
o cruelmente determinadas por actos propios, justicias e injusticias,
amores y desamores, dolores fuertes y más bien leves"
Antes de que quienes creen
que han tenido la (poca o mucha) dicha de haber podido conocer al individuo detrás del
extraño temperamento, la complicada personalidad, la tonelada de defectos
y las dos arrobas de virtudes cuenten, por lo menos en sus rato de ocio extremo
o en el momento más aburrido de su vida, a quien por desgracia no encuentre objeto
alguno para perforar sus tímpanos lo poco que tengan que decir sobre mí, quiero
empezar, por lo menos, la narración más objetiva y sin contemplaciones de la
vida de una persona real.
La Vida por Inercia
Capítulo I
Parte I
"Persona Real"
Haber nacido el
último de cuatro hijos, prematuro, a los trece años de quien me antecede, en
plena mitad de la década de los ochenta y en la república del
Ecuador debe ser, sin duda, un factor determinante para el sentido de las líneas
que preceden a esta valoración cuando menos necesaria.
Al ser tío desde
los nueve años y con seis sobrinos como interesantes objetos de estudio he
podido notar como los factores externos a la existencia individual, física y
espiritual de una persona -y más bien propios de los ambientes y entornos- moldean
y establecen rasgos perenes, permanentes y profundos en todo nivel analizable (por
el método que fuere), en la vida de las personas.
Mucho de lo que
ahora soy tiene germen en aquellos días de los cuales no perduran si no vagos
recuerdos. Situaciones extrañas, viajes largos y ambientes hostiles -puertas de
mi hogar para fuera- son de las que primero ocupan aquellos espacios luminosos
en el lienzo que supone el negro panorama de mis ojos cerrados en conciencia.
Viajar tanto y
conocer personas diferentes con visiones distintas de la vida, con valores tan disimiles
entre sí (y valga la pena señalar que en muchas ocasiones deficientes) y por
tan poco tiempo me volvió una persona sentimentalmente auto-suficiente y aprendí
a no requerir de ningún tipo de emoción codependiente. Llegar, hacer amigos
luego de tres meses para decir adiós seis meses después y al final partir a
repetir el proceso en otras latitudes de algún modo me volvió alguien con la
capacidad de querer mucho y muy pronto para luego emprender en la cada vez más
sencilla tarea de eliminar cualquier rezago
de aquel apego sentimental.