jueves, 25 de abril de 2013

La Vida por Inercia


Introducción 




Inercia: Propiedad que tienen los cuerpos de permanecer en su estado de reposo o movimiento, mientras no se aplique sobre ellos alguna fuerza, o la resistencia que opone la materia al modificar su estado de reposo o movimiento


La Vida: "Todas aquellas situaciones azarosas que se desarrollan en ese periodo complejo que tiene lugar entre el nacimiento y la muerte que está lleno de situaciones azarosas o cruelmente determinadas por actos propios, justicias e injusticias, amores y desamores, dolores fuertes y más bien leves"


Antes de que quienes creen que han tenido la (poca o mucha) dicha de haber podido conocer al individuo detrás del extraño temperamento, la complicada personalidad, la tonelada de defectos y las dos arrobas de virtudes cuenten, por lo menos en sus rato de ocio extremo o en el momento más aburrido de su vida, a quien por desgracia no encuentre objeto alguno para perforar sus tímpanos lo poco que tengan que decir sobre mí, quiero empezar, por lo menos, la narración más objetiva y sin contemplaciones de la vida de una persona real.


La Vida por Inercia



Capítulo I  

Parte I

"Persona Real"

Haber nacido el último de cuatro hijos, prematuro, a los trece años de quien me antecede, en plena mitad de la década de los ochenta y en la república del Ecuador debe ser, sin duda, un factor determinante para el sentido de las líneas que preceden a esta valoración cuando menos necesaria.

Al ser tío desde los nueve años y con seis sobrinos como interesantes objetos de estudio he podido notar como los factores externos a la existencia individual, física y espiritual de una persona -y más bien propios de los ambientes y entornos- moldean y establecen rasgos perenes, permanentes y profundos en todo nivel analizable (por el método que fuere), en la vida de las personas.

Mucho de lo que ahora soy tiene germen en aquellos días de los cuales no perduran si no vagos recuerdos. Situaciones extrañas, viajes largos y ambientes hostiles -puertas de mi hogar para fuera- son de las que primero ocupan aquellos espacios luminosos en el lienzo que supone el negro panorama de mis ojos cerrados en conciencia.
Viajar tanto y conocer personas diferentes con visiones distintas de la vida, con valores tan disimiles entre sí (y valga la pena señalar que en muchas ocasiones deficientes) y por tan poco tiempo me volvió una persona sentimentalmente auto-suficiente y aprendí a no requerir de ningún tipo de emoción codependiente. Llegar, hacer amigos luego de tres meses para decir adiós seis meses después y al final partir a repetir el proceso en otras latitudes de algún modo me volvió alguien con la capacidad de querer mucho y muy pronto para luego emprender en la cada vez más sencilla  tarea de eliminar cualquier rezago de aquel apego sentimental.